Hay una nueva realidad política en Puerto Rico y en los Estados Unidos de Norteamérica. ¿Qué tiene que ver lo que pasó el martes 8 de noviembre de 2016 con deportes? Mucho más de lo que se podrían imaginar, especialmente en Puerto Rico y en nuestras instituciones deportivas.

En escritos anteriores hemos señalado que el Comité Olímpico de Puerto Rico depende demasiado de las asignaciones gubernamentales para su operación. Los muchachos de la cuenta @12magnificos en Twitter hicieron un estudio en el que revelaron que aproximadamente el 80% de los ingresos del COPUR provenían de fondos gubernamentales. Esa fórmula tendrá, sin duda, alguna que ser revaluada ahora con el gobierno entrante. Veamos.

Aunque no había garantía alguna que bajo una administración de David Bernier se mantuvieran o aumentaran las asignaciones gubernamentales al COPUR, al menos podría haber esa impresión, ya que éste había sido presidente de dicho organismo, y quien lo sustituyó fue la actual presidenta, Sara Rosario, quien previamente fue persona de confianza de Bernier allí entre 2008 y 2012.

Sin embargo, el gobernador electo, Ricardo Rosselló, no tiene vínculo o compromiso alguno con el COPUR ni con su Junta de Directores. Todo lo contrario, el Partido Nuevo Progresista históricamente ha llevado una batalla silente con el COPUR, ya que el mismo, tradicionalmente, ha sido dirigido por personas de ideologías estadolibristas / independentistas.

La Comisionada Residente electa, Jenniffer González, ha sido clara en su pensar de que los atletas puertorriqueños deberían participar bajo la insignia de los Estados Unidos. El COPUR destila ese sentimiento patrio que va en contradicción con el ideal de la estadidad.

La situación económica de Puerto Rico es crítica, y si le añaden a esos factores la Junta de Control Fiscal, eso podría ser el principio del fin del COPUR, o como poco, podría significar una reducción dramática en los fondos que se le asignan a la institución encargada de preparar los atletas que nos representan en eventos internacionales. El gobierno de los 7 no electos por el pueblo puertorriqueño podría entender que los fondos que se le asignan al COPUR se podrían emplear en otros programas gubernamentales.

¿Significa eso que Sara Rosario tiene que ponerse pesimista o lamentarse?

Todo lo contrario. Ahora es que tiene que sacar provecho de la buena imagen que tiene en el país, unido a las caras del deporte puertorriqueño para apelar a las firmas comerciales a que apoyen al COPUR. Incluso, debería reunirse con legisladores y con el gobernador entrante para establecer algún tipo de propuesta gubernamental que provea exenciones contributivas a las firmas comerciales que aporten fondos al COPUR, u otras alternativas creativas.

En fin, hay trabajo por hacer, pero no todo está perdido. La señora Sara Rosario tiene muy buenas cualidades, una de ellas la de hacer buenas relaciones públicas. Confiamos en que pueda mantener a flote el Comité Olímpico. No es momento de ser pesimista ni criticar sin que se haya hecho el intento.

Por el deporte, y por Puerto Rico, es hora de enrollarse las mangas. Ya tendremos tiempo para evaluar las gestiones y emitir nuestra opinión, como siempre.