COPUR ELECCIONES

jueves, 03 de noviembre del 2016
A echar el resto
En la noche del miércoles, 2 de noviembre, mientras se celebraba el histórico séptimo juego de la Serie Mundial entre los Cubs de Chicago y los Indians de Cleveland, en el Comité Olímpico de Puerto Rico se ratificaba a Sara Rosario como Presidenta por un ciclo adicional. Cabe destacar que la actividad fue un mero formalismo, toda vez que era la única candidata al puesto.

Por el pasado ciclo, Rosario ha dirigido el COPUR de manera muy vistosa. Su presencia diaria en las redes sociales daría la impresión de que aspira a un puesto electivo en la política. Eso no necesariamente es malo, si se usara esa publicidad para allegar inversión privada a las limitadas finanzas de la entidad que ella preside.

Se avecinan tiempos difíciles para el COPUR. Si las encuestas que se han publicado resultan ser ciertas, Rosario presidirá una entidad tradicionalmente identificada con la izquierda-centro, mientras en la Mansión Ejecutiva estará un gobernador de ideología estadista, en Washington una Comisionada Residente que cree que los atletas puertorriqueños deben formar parte del Team USA, y en el Capitolio con un Senador (Henry Neumann) que mientras fue Secretario de Recreación y Deportes pretendía tener más poder en el deporte que el propio COPUR.

La manera de hacerle la vida imposible a Sara Rosario y su gente es limitándole recursos, o, como ha pretendido anteriormente el Representante Ricardo Llerandi, exigiendo la divulgación de los estados financieros del COPUR anualmente.

Si a esas piedras en el camino le añadimos que en enero del 2017 entra en todo vigor el poder de la Junta de Control Fiscal sobre el presupuesto del gobierno de Puerto Rico, el COPUR puede estar en peligro de extinción. Cuando los 7 Dioses saquen la tijera, comenzarán a recortar todo lo que ellos entiendan que son gastos innecesarios. Ninguno de los 7 tiene cara de que sea amante del deporte, por lo que podrían ver al COPUR como algo que no amerita una asignación de $4 millones al año.

Ahora es que Sara Rosario tiene que usar su popularidad, y la que le han generado Mónica Puig, Adriana Díaz, Beverly Ramos y otros deportistas, para recurrir a fondos de empresas privadas. No pretendo que tenga el éxito que tiene la delegación de los Estados Unidos, que recibe exorbitantes sumas de dinero de parte de empresas como Coca-Cola y McDonald's, y de la televisión (NBC), ni como México, donde el gobierno invierte mucho dinero, pero ciertamente el COPUR tiene que ser más creativo, y depender menos del gobierno. Caramba, para algo tiene ahí a Carlos Beltrán, el maestro de conseguir auspicios.

Es hora de que los selfies que la Sra. Rosario se toma con frecuencia sean traducidos en beneficio del deporte puertorriqueño. De lo contrario, lo que quedará del deporte puertorriqueño serán sus selfies.




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