Los Atléticos de San Germán, tal vez la franquicia más emblemática del baloncesto puertorriqueño, atraviesa una crisis que pone en peligro su participación en el torneo 2017 del Baloncesto Superior Nacional. Al día de hoy, junto a Santurce, mantiene la intención de recesar. En un pueblo donde el baloncesto es casi religión, es inimaginable que los Atléticos no participen la próxima temporada.

El monstruo anaranjado se ha visto afectado por los embates de la crisis fiscal que atraviesa el país. Es un mercado pequeño con poco comercio, que depende en su mayoría de asignaciones gubernamentales en unos tiempos en los que los municipios hacen malabares por pagar su nómina.

La actual gerencia de San Germán mantiene deudas con casi todos los jugadores, y con el cuerpo técnico, de la temporada 2016. Incluso le deben al técnico que despidieron a mediados de torneo. Los que han cobrado son los que tenían clausulas de penalidad en sus contratos por pagos tardíos.

Interesantemente, la gerencia está intentando vender la franquicia. Lo curioso del caso es que la actual gerencia vino a "administrar" el equipo cuando lo cogió de manos del pasado apoderado, Edwin Mundo, quien traspasó el equipo sin intercambio de dinero.

En ese entonces, el alcalde de San Germán, Isidro Negrón, consiguió un grupo encabezado por el abogado José "Picky" Servera, el Dr. Gutiérrez y otros más para que administraran el equipo. Ahora pretenden vender una franquicia que lo único que produce es pérdidas económicas y desilusiones a su fanaticada.

El caso de San Germán es crítico. Juegan en la cancha más inadecuada de todo el baloncesto. Una fanaticada como esa no merece tener una estructura tan anticuada. El que alguna vez ha visitado la Arquelio, y ha tenido que sentarse en la parte superior, sabe a lo que me refiero. Esa cancha tiene arriba los asientos rompe espaldas (no tienen espaldar, el espaldar es la rodilla del que se sienta detrás). La fanaticada sangermeña merece una cancha moderna, con capacidad para al menos 7 u 8 mil fanáticos.

Irónicamente, en el 2009, con miras a los Juegos Mayaguez 2010, la AFI invirtió sobre $5 millones de verdes en la Arquelio en mejoras tales como pintura, remodelación de camerinos, de enfermería, de cantinas, fachada y un jardín. $5 millones y no añadieron ni una sola butaca. Peor aún, no mejoraron las existentes. Así es que se botan $5 millones de dólares.

Claro, nada de esto justifica la deuda a los jugadores. Los canasteros hicieron su trabajo, merecen cobrar su salario. Siempre la soga rompe por lo más fino. Qué fácil es decir que no te puedo pagar porque el auspiciador no ha cubierto el pago de los anuncios, o que el municipio no ha cumplido con la asignación prometida.

Como podemos ver, a la lista de deudores que componen los Vaqueros y Brujos le añadimos a los Atléticos. Y eso, que esta es la Nueva Era del Baloncesto.