Los Santeros de Aguada se sacudieron de encima unos Caciques que dieron mucha candela. Lo que parecía sería una serie sencilla resultó ser una mucho más luchada, por el simple hecho de que Brandon Costner se puso la capa de superhéroe y por poco le acaba el baile a los Santeros. Victor Liz también lució bien, pero a fin de cuentas, los nenes de Allans resultaron ser superiores.

En la otra serie, los Vaqueros perdieron a domicilio en el primer juego de la serie ante los Piratas. Luego de eso, hicieron los ajustes y la superioridad de los refuerzos vaqueros fue la diferencia en la serie. Por los Piratas, problemas internos entre Mandy Cancel y la gerencia, y la obstinación de los Patriotas Ayuso y Dalmau de querer seguir lanzando como en el 2004, sepultaron a los Piratas.

Ahora se enfrentan el equipo que arribó en la primera posición en la serie regular, versus el equipo con juventud y gran talento nativo. Los Vaqueros cuentan con todo lo necesario para ganar: un excelente técnico, las torres gemelas. refuerzos sobresalientes y nativos que hacen el trabajo. Por Aguada, es un núcleo que lleva par de temporadas jugando juntos, cuentan con el que hubiera sido el jugador más valioso de no ser por Damion James de Santurce,y sus nativos son altamente atléticos. Ambos equipos cuentan con fanaticadas numerosas que llenan sus canchas.

Serie difícil de predecir porque ambos equipos son capaces de ganar en la carretera. Chane Behanan y Rigoberto Mendoza juegan duro y van sin miedo al canasto. La defensa no es el sello de este equipo, pero el esfuerzo es su virtud. No se equivoquen con los Santeros, son peligrosos.

No obstante, es en estas facetas que la experiencia de Paco Olmos hace la diferencia. Un coach altamente defensivo, que se prepara y hace los ajustes. Allans Colón es más lo que le llaman en la calle un guerrillero. estilo de juego que le gusta a Jezrel de Jesús.

Es mi impresión que esta serie llegará al máximo, ganando los Vaqueros en un cerrado y luchado séptimo juego en el rancho Vaquero. Pero, no me sorprendería equivocarme.