Con etiqueta de súper favorito y con miras a ser el gran líder de su grupo, así llegaron los Diablos Rojos a Francia para disputar la Eurocopa. Pero luego de su debut todas las fantasías y metas sobre su juego se han ido desvaneciendo. Algunos expertos los llaman jugadores de pecho muy frío, como si no sintieran la urgencia de una fase de grupos de un torneo de la índole de la Euro. Lo que se observó de Bélgica en su primer partido contra Italia fue para retirar tu dinero de las apuestas donde jueguen los belgas.

Quisiera entender mejor su poca generación de juego, de verdad que quisiera pero se me hace complicado entender por qué sufren tanto para generar. Esto no viene de ahora, esto viene desde el pasado mundial. Aunque si miras su último partido de cerca, y te enfocas en la táctica del juego, entenderás que este equipo no crea juego porque sus jugadores encargados de romper las líneas defensivas no están jugando a la altura. Yo tengo mi culpable, y Kevin De Bruyne es el elegido. Qué le pasa a Kevin ?, no aparece desde la mitad de temporada pasada con el Manchester City. Su mal juego concuerda con la mala imagen que Bélgica está dejando. Es que de sus pies se esperaba la magia de Bélgica, pero en este inicio ni magia, ni trucos. El primer partido en general fue pésimo para toda la escuadra pero si tus dos cracks, De Bruyne y Hazard no se combinan, pues esta selección no llegará a nada.

Su juego de atrás hacia adelante no está totalmente mal. Con Fellaini y Naingolan tienen para mantener la pelota y recuperar balones, pero necesitan a sus dos cracks en forma, mostrando algo diferente y algo que defina los juegos. La buena noticia es que Yannick Ferreira viene del banco con mucha energía y fuerza por las bandas, aunque si estos dos no lo apoyan pues nada se puede concretar. Hoy juegan contra Irlanda, y es ganar o ganar, no existen intermedios. Es la hora de brillar y asegurar su puesto en la siguiente ronda. Hasta ahora Bélgica con tan solo una fecha jugada es la decepción del torneo. Le quedan dos partidos para la redención y callar a los que como yo, los tildan de pechos fríos.