La ausencia de minutos y de protagonismo del boricua Carlos Arroyo han terminado creando una atmósfera incómoda en la prensa catalana y española. Recientemente, Arroyo en entrevista concedida a medios en Barcelona, dejó saber su incomodidad con su poco tiempo de juego y le dejó saber a la prensa su malestar. En palabras de Arroyo, "vine aquí pensando que las cosas serían de otra manera, pero ahora todo ha sido diferente". "¿Por qué no juego?, preguntad al entrenador".

Hay cosas que no están llevándose bien en el Barça. La relación entre la afición y el entrenador Xavi Pascual está rota. La reciente eliminación de la Euroliga es el marco del divorcio entre aficionados y entrenador. Hay múltiples rumores de que Pascual no regresaría la temporada que viene. Pero lo de Arroyo no es muy bonito para nadie. Las declaraciones de Carlos llegan en un momento que no se debe hacer. Es cierto que no hay demasiadas razones por las cuales Arroyo no debería tener tan pocos minutos, pero alboratar la prensa española es el similar a provocar un hormiguero de mucho poder.

El Barça está primero en la ACB, posiblemente esté batallando en la final si todo marcha en orden, y tienen oportunidad de salvar la temporada si ganan la liga. Así que las expresiones de Arroyo no aportan absolutamente nada y solo le cierran más las puertas a Carlos en el esquema de Pascual.

La teoría que manejamos sobre su reducción de minutos pasa por la continuidad y buena dimensión que le da el base titular checo Tomas Satoransky. El checo es un base muy fino, que entiende el sistema culé a la perfección y sobretodo se esmera en el lado defensivo. Por su parte Arroyo es la otra cara del juego, un base que gusta de controlar el balón y los tempos. Aguanta mucho el balón y dicta lo que él decida, algo que para algunos lapsos del partido es importante, pues es un revulsivo de la banca, pero reduce el movimiento de balón, algo no bien visto en el esquema culé. La mayoría de los dirigentes europeos se decantarían por las características de Satoransky, debido a la fluidez que eso implica al juego. Y la otra carta negativa para Arroyo, es que no está realizando un gran trabajo defensivo y eso es algo que no puede faltar.

Por el momento Carlos la erró con sus declaraciones, esperemos que vuelva a centrarse en su rol y pueda ayudar al Barça a ganar la liga, porque Puerto Rico se enorgullece cada vez que Arroyo triunfa en el exterior.