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viernes, 06 de noviembre del 2015
Crónicas de un padre y su “atleta especial”
“El deporte debe convertirse en una fuerza impulsora para que las personas con necesidades especiales busquen y restablezcan el contacto con el mundo que los rodea y, por consiguiente, el reconocimiento como ciudadanos iguales y respetados…”
Sir Ludwig Guttmann

Son casi 5 años desde que nací de nuevo; como hombre, como esposo y en mi nueva faceta de Papá. Esperábamos con ansias el nacimiento de nuestro primogénito Esteban, en la madrugada del 16 de diciembre de 2010. Después de nueve meses de un cuidado prenatal sin sospechas e inconvenientes, la vida nos sorprendió con un diagnóstico inesperado; nuestro hijo nació con un cromosoma adicional. Tan pronto vi su ojos almendrados sabía que se trataba del Síndrome Down. Desde ese momento reconocí que no sabía nada y me dedique a "auto-educarme"; como especilista en Medicina Deportiva necesitaba aprender, tenia que brindarle a mi hijo y a individuos como él, la mejor oportunidad de desarrollar su máximo potencial en este mundo del deporte que tanto me habia cautivado. Mis sueños de hacerlo participe y co-piloto de este viaje a través del mundo deportivo de “Papá” no debía culminar, sino modificarse un poco.

En esta travesía aprendí que las personas con necesidades especiales pueden y tienen el derecho de participar en deportes organizados, siempre y cuando se tomen en consideración las posibles comorbilidades que puedan estar asociadas a su condición, realizando las debidas precauciones y modificaciones para incluirles en la participación. Por ejemplo, en el caso de personas con Síndrome Down, un porcentaje significativo nace con defectos cardiacos que varían en complejidad y severidad. Estos defectos son reparados al nacer en su gran mayoría, sin repercusiones a largo plazo. Otros factores a considerar dentro de esta condición es el problema intrínseco de hipotonía muscular (bajo tono muscular) que prácticamente todos padecen y les predispone a dislocaciones de articulaciones o inestabilidad en la espina dorsal. Otras condiciones, como la perlesía cerebral y su asociación a problemas termo-regulatorios y excesiva tonicidad muscular (en ciertos casos), representan retos para los profesionales de la salud encargados del cuidado del atleta. Son retos difíciles, pero no imposibles. En muchas ocasiones, medidas tan sencillas como modificar el ambiente donde se efectúan las competencias, ajustar las distancias a recorrer o el tiempo de participación son alternativas que pueden ser acomodadas con respecto al deporte en cuestión y personalizadas al atleta. El factor común que determina la mejor prognosis posible es la intervención temprana en modalidades como terapia física y ocupacional; mientras más temprano se comience, mejor.

Existen muchísimas otras condiciones que típicamente consideramos “incapacitantes” y que pueden representar obstáculos para el atleta o el desarrollo de estas actividades deportivas. Otra gran lección que aprendí gracias al célebre español Pablo Pineda (https://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Pineda) es que no existen “discapacidades”, sino “capacidades distintas. Cuando vemos estos retos desde otra perspectiva y decidimos practicar la ciencia a base de datos y no de mitos, la solución a estas disyuntivas no es tan compleja. NO EXISTE EVIDENCIA ALGUNA EN LA LITERATURA MEDICA QUE DESVIRTUE LA PARTICIPACION EN DEPORTES ORGANIZADOS DE ATLETAS CON “CAPACIDADES DISTINTAS”, siempre y cuando se tomen las medidas necesarias.

Pero la “bofetá” más grande que me he llevado al ser padre de Esteban es que sobre todas las cosas, mi hijo es un niño como cualquier otro niño: corre, brinca, hace maldedes y ama. Pide a gritos con sus acciones que le reten y que no se le mire como un síndrome, sino por quién es: Esteban Eduardo Felix-Cruz.

Que tienen de especial mi hijo y el resto de las personas que viven con “capacidades distintas”?…Las ganas de alcanzar su máximo potencial.

William Félix, MD es especialista certificado en medicina de emergencia y deportiva. Actualmente labora en Florida Hospital Health Park Lake Nona y como consultor médico para la NBA. Para mayor información, comuníquese al (407) 930-7800 o acceda a http://www.sportsmedicinelakenona.com




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