VOLLEYBALL JUVENILES

lunes, 18 de enero del 2016
Crónicas de una voleibolista III
Esta jovencita siempre huía de sus problemas haciendo ejercicios sola o llegaba a la cancha dos horas antes y entrenaba sin que nadie la viera; en silencio. Yamila me cuenta, que recuerda una vez cuando sus compañeras de equipo la vieron toda sudada acabando de llegar, preguntándose entre risas "que si acababa de salir de mojarse del lavamanos." Ella callaba y seguía...

En su hogar, se pasaba haciendo ejercicios de diferentes estilos. Muchas veces sufría de dolor, pero esto no era impedimento para parar. Prefería seguir, aguantando el dolor y dejar de pensar para no acordarse de lo que pasó el día anterior (problemas de familia), o en ese momento. Se iba al techo de su casa a llorar sola, para que nadie la escuchara. (Hoy día, padece de una condición seria en su cuerpo, por el exceso de ejercicios que hizo cuando pequeña).

En su hogar se rompían platos, puertas, espejos, figuras, carros, hasta el perro una vez se vio afectado; se escucha jocoso, pero una historia bien triste. La chica aprendió a "bloquear" los problemas. Por ejemplo, me cuenta hoy día, que si ayer tuvo un problema con una compañera de trabajo o pareja, ya mañana lo olvidaba. Ella entiende que es algo que utilizó desde pequeña para poder sobrevivir psicológicamente en su casa.

Sus hermanos vivieron en hogares de la familia alrededor de la isla, porque no aguantaron la situación en su casa. Por ende, ella seguía estudiando, jugando y enfocándose en otras cosas que no fuesen los problemas personales. Su sueño era ser profesional, ya fuese en voleibol, softball o baloncesto. Cosa que nunca se quitaba de la mente....

#SinFiltro
Glory Ortega

En Mayagüez

A photo posted by Hector Vazquez Muñiz (@vazquezmuniz) on






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