BASKETBALL BSN

domingo, 08 de mayo del 2016
El Karma le llegó a Felo
Existen memorias antiguas mixtas cada vez que el fanático del baloncesto escucha el nombre de Félix Felo Rivera. Algunos le recuerdan por haber sido el descubridor de Peter John Ramos, otros lo recuerdan por los títulos en Caguas y en Quebradillas, algunos por sus pasos extraños por la administración de la selección nacional de baloncesto y otros en el pueblo de Quebradillas lo recuerdan por ser el ex apoderado más emocional y bipolar de su historia.

Así de polifacético es el señor Felo Rivera, el mismo que este año hace de dirigente y también de apoderado. En su biografía hay historias para contar, es tan afanado y aguerrido que un momento dado utilizó su propia línea de crédito para pagar gastos operacionales de la selección nacional cuando nunca se le autorizó. Pasional por vivencia y con demasiada personalidad, son dos adjetivos que Felo siempre conservará, para bien o para mal él se la vive en el baloncesto de esa manera.

Hay muchos cuentos en los que Felo está involucrado, desde despidos de dirigentes sin causa justa, hasta cambios de jugadores que al día de hoy él mismo no entiende. Pero las acciones siempre a la larga o a la corta tienen un efecto. Este año Felo continuó el proyecto que él mismo creció en Manatí. Creó una franquicia en ese pueblo, la misma que movió de Quebradillas, le inyectó dinero y esfuerzo, más la puso a correr. Por sus incongruencias y dilemas personales nunca encontró dirgente y decidió ser el caudillo de su propio equipo. Pero el Karma lo atrapó y le dió lo que él no quería, llegar a las puertas de playoffs pero no poder entrar.

La frustación de Felo es gigante, vive el baloncesto de una forma demasiado emocional, por ende sus múltiples conflictos con tantas personas. Pero el Karma no llega de la nada, solo se guarda para la ocasión. No hace tanto tiempo Felo era muy querido en Quebradillas, les trajo un campeonato en el 2013 y todo era celebración. Casi todo era mágico en el pueblo de los Piratas, hasta que un día Felo se levantó con los dos pies izquierdos y decidió hacer cambios radicales en la franquicia. Sin importar la tradición que cubre a ese gran equipo Pirata, Felo decidió que el tiempo en Quebradillas se acabó. Le vendió a su hijo prodigo David Huertas a Arecibo, quienes rápido aprovecharon la oferta. Según Felo, no tenía los recursos para dar el contrato máximo a Huertas y por eso decidió venderlo. Pero días más tarde Felo firma al ala pívot Ricky Sánchez por la misma cantidad de dinero que se supone hubiese firmado Huertas.

Siguen las incoherencias de Rivera, pero no se detienen ahí, porque luego de vender a Huertas, le pide una dispensa de receso a la liga por supuesto poco apoyo de la fanaticada de Quebradillas a su equipo. No conforme con la dispensa, decide someter a la liga un cambio de pueblo para los Piratas. La liga como de costumbre con sus pésimas decisiones, le acepta el cambio de pueblo sin poner mucha resistencia. Con eso Felo se lleva la historia, la mítica y el corazón de Quebradillas para Manatí. Una decisión aparatosa para un pueblo que vive y siente el básquetbol. Allí Felo estrenó coliseo, se hizo amigo del alacalde e invirtió mucho dinero para aglutinar un grupo talentoso. Tantos movimientos que en dos años no ha podido lidiar con un dirigente que acepte sus órdenes. Locuras de la vida que se reflejan en las canchas. Tanto así que luego de confiar tanto en Ricky Sánchez, pues resulta que hace unas semanas decidió cambiarlo a Guayama por Bimbo Carmona.

A todo esto hoy estamos a dos fechas de culminar la serie regular, pero Felo cayó ante Santurce por solo un punto, y con ese punto y derrota se quedan fuera de playoffs. Un regalo a las grandes movidas de Rivera. Sobretodo de parte del pueblo y equipo de Quebradillas, que con un equipo nuevo y plagado de jugadores veteranos casi descartados, están haciendo los playoffs. Mientras tanto Felo fracasó en ser dirigente/apoderado, otro intento fallido en una carrera llena de tropiezos y de algunos momentos gloriosos.

A Manatí llegó el esperado Karma, para que se den cuenta que en la vida hay que tener paciencia, en el deporte no es la ecepción, todo hay que trabajarlo con calma y no dejar que las emociones trabajen por ti. Ya los atenienses pagaron su Karma, ahora que comienze su proyecto el año entrante pero de buena forma.




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