Por Ramón Figueroa @RamonEnElClutch

Creo que la jugada del pasado lunes en la que Carlos Correa falló una bola de "piconazo" en la octava entrada cuando las bases estaban llenas y con un out, los puertorriqueños la recordarán por muchos años. Luego de tener una excelentísima tarde en el plato, en la que Correa bateó de 4-4 con 2 jonrones, 1 doble e impulsó 4 carreras, los Kansas City Royals le empataron el partido en la octava entrada a los Houston Astros.

Se ha tratado de ridiculizar hasta cierto punto a los que han dicho que Carlos Correa efectivamente cometió un error, diciendo que al lanzador tocar la bola, cambió de dirección, lo que convirtió la jugada en una más difícil, pero la realidad es que tanto el anotador oficial del partido, como otros anotadores experimentados han adjudicado la jugada como error.

Si lo analizamos desde un punto de vista objetivo, independientemente de que hayan sido los lanzadores los que se hayan metido en problemas, la realidad es que el batazo por el cuadro se dio y la oportunidad de acabar la entrada sin mayores problemas se dio. Esa encomienda la tuvo Carlos Correa justo cuando intentó la jugada. Falló la bola y los Royals lograron capitalizar sobre el error. Al final del día, Correa cargó a los Astros y tuvo la oportunidad de sellar la victoria con una jugada clave con las bases llenas en la parte alta de la octava entrada. Las cosas hay que decirlas como son.

Finalmente, ahora es que le toca demostrar a Carlos Correa que está totalmente listo para ser una súper estrella. Tiene que saber pasar la página y que el error no le afecte en su próximo juego. Al final de cuentas, esta es su primera temporada y la franquicia de los Astros apenas comienza a jugar con el núcleo de jugadores que tiene. Muy pocos tienen segundas oportunidades en la misma postemporada, así que Carlos Correa debe demostrar su calibre como pelotero.