Cada vez que Carlos Arroyo se vestía de rojo, azul y blanco, Puerto Rico permanecía en paz. Lo que significa y significó el señor Arroyo para la selección de Puerto Rico no tiene rúbrica que lo mida. Es un sentimiento diferente, de esos que te hacen creer en tu equipo.

Yo no recuerdo un jugador que le haya transmitido esa energía positiva, de confianza y de querer verlo en juego a su patria, desde los tiempos de Piculín Ortiz. Un jugador que ha sido el emblema de los 12 Magníficos por más de 12 años. De la mano de él obtuvimos el triunfo más grande a nivel de selección, cuando derrotamos al Team USA en 2004.

No importa el nivel, siempre Carlos tenía un Sí, para Puerto Rico. En el CaribeBasket, CentroBasket, Centroamericanos, Panamericanos, Pre Mundial, Pre Olímpico, Repechajes, Amistosos, Mundiales y Olimpiadas. En todo Carlos nos ayudaba.

Catalogado como Mr. FIBA, se ganó el respeto de los continentes en América y del mundo. Para reseñar lo que impactaba en el juego hay que remontarse en el tiempo y expandir la mente. Es el talento puro de un base, en su mejor momento era casi imposible de detener su juego. Con su dribleo, llegaba a donde quería y te sentenciaba con su tiro brincado. Visión de cancha pero sobretodo, liderazgo y sabía ganar partidos. Esa es la diferencia entre los demás. Que sin importar la circunstancia, Arroyo sabía halar el partido a su favor. Gracias a eso PR se ganó el respeto por muchos años.

Ayer, Carlos ha dicho adiós a la tricolor. Ese sentimiento de tristeza inunda a todos los que siguen este deporte. No importa si eres boricua o no, Arroyo es respetado en todo el mundo. Donde pisa, se siente, tiene esa magia de ser querido por muchos, y es muy simple aprender a quererlo, porque cuando juega por ti, él siempre dará mas del 100%.

Adiós al más grande jugador que ha portado la camiseta de Puerto Rico, con mucha nostalgia lo despido. Porque además de reseñar su juego, también soy su fanático. Ha sido mi jugador favorito desde hace muchos años, lo defiendo como se pueda porque él nos responde en la cancha.

Gracias Carlos Arroyo por regalarnos el mejor baloncesto de tu parte, nadie nos hizo creer como tú. Nunca nadie te reemplazará, eres el emblema eterno de la selección nacional.

Posdata ; Gracias Totales y Eternas para ti.