Tuvieron que pasar 365 días para ya tener a la mano la tercera parte de la secuela más interesante de la última década en el baloncesto de la NBA, los Golden State Warriors versus los Cleveland Cavaliers. Todo buen guionista y escritor de películas confiesa que las segundas partes siempre suelen ser de menor calidad y por ende hacen una tercera parte para despojarse de esos errores. Aquí nos llega este caso de la serie final del 2017. Para algunos esta secuela era predecible desde el primer día de la temporada regular, pero sin importar hablar de que era calculable o no ver a estos dos mismos equipos en otra final, mejor hablemos de la parte táctica de esta gran serie.

Comencemos con los Cavaliers y su buen momento y gran rotación. En términos reales de análisis del juego estos Cavs son la piedra más rocosa que pueden ver los Guerreros de la Bahía. Como buena pelea de boxeo, el estilo de Cleveland complica a Golden State. Ese es el verdadero tranque de la serie. Los Cavs es un equipo que en ofensiva nunca se sale del libreto, gustan de involucrar a sus creadores en situaciones de cortinas y desde ahí suplir a sus tiradores con todos los espacios que Lebron James y Kyrie Irving logran obtener. Equipo redondo que juega de adentro hacia afuera, que a su vez alterna poseciones de isolation-game de ser necesario, también utiliza cuatro tiradores y un falso pívot, más en ocasiones entra con cuatro tiradores y Lebron James. Esa riqueza con tantas variantes en ataque le da para ser un rival temible para un todopoderoso como Golden State. Y esos tiradores de Cleveland todavía en esta postemporada no se le ha visto perder el ritmo.



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A eso tenemos que añadirle dos variantes claves en este quinteto. Una es el nivel superlativo de Lebron James que muchas veces parece que gana series por él solo. Y la otra, la manera en que Kyrie Irving está cerrando los partidos. Obras de arte de parte del ex de Duke, cada vez que hay una situación complicada y esas situaciones de juego se verán mucho en esta final. Y Cleveland tiene en él un valuarte en esas situaciones de definición bajo extrema presión.

Aunque la verdadera razón por la cual Cleveland es tan incómodo para Golden State se llaman Tristan Thompson y Kevin Love. Estos dos han aprendido a la fuerza a defender a equipos de menor tamaño. Desde las finales pasadas ellos saben como dar las ayudas correctas y como intercambiar las marcas en las cortinas de ser necesario. Si Cleveland se ve dominado y superado, no duden en ver a Love y a Thompson intercambiando todas las cortinas donde estén Stephen Curry y Klay Thompson. Esa será una llave importantísima en esta serie, hay que mirarla porque de ahí saldrán muchas variantes en los esquemas y ajustes ofensivos de Golden State. Cuando Cleveland luce bien en defensa es porque sus dos hombres grandes identificaron las ayudas correctas en las cortinas altas.

Ahora toca analizar al invicto de la postemporada los Warriors de Golden State. El nivel de confianza de este equipo llega en un esplendor inmejorable. Han hecho lo que han querido en su conferencia. Como siempre juegan un juego detallista, atacando el triple y sobretodo los llamados "cortinas a la espalda". Y si lo colectivo no funciona pues recurren a la mano de Kevin Durant para sentenciar los encuentros. Pero las cuatro llaves favoritas de los Guerreros son : el contrataque de la mano de Draymond Green, el juego de cortinas de sus tiradores, las cortinas a la espalda que tantas penetraciones al aro les permite y por último las individualidades de Kevin Durant y Stephen Curry. Otro equipo que no se sale del esquema al igual que Cleveland, por eso son finalistas de NBA por tercer años en línea.



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Aunque las llaves de esta serie para Golden la tienen dos personas. La primera es Kevin Durant y todo su arsenal ofensivo que puede complicarle demás la serie a los Cavs. Esa constante de Kevin atacando el aro es una jugada muy complicada y que ningún equipo tiene respuesta para eso. La otra llave es la banca de Golden State. Esa banca que no se observa un hombre grande fiable en defensa puede ser una debilidad ante un Cleveland inteligente que ataca el aro en muchas ocasiones. Y sencillamente Draymond Green no puede solo contra el mundo. Jugadores como Zaza Pachulia y Javale McGee tienen que ser factores grandes defensivos porque por momentos Cleveland te ataca y te deja sin respuestas.

Una serie muy nivelada, incluso la veo más nivelada que la temporada pasada. Con un obvio favorito que es Golden State, pero con un Cleveland inteligente que sabe jugarle a estos Warriors. Esa sería la mejor definición de la contienda, los Cavs saben todo sobre como detener en cierta parte a los Warriors. Porque tienen piezas y jugadores que parean muy bien con los de la bahía. Los ajustes se verán juego tras juego y me preocupa el hecho de la ausencia de Steve Kerr. No es igual Mike Brown que Steve Kerr, son ajustadores diferentes y tomas decisiones extremadamente diferentes en el medio de los partidos. Eso hay que recalcarlo y mirarlo de cerca.

Mi predicción será anti-favoritos. Desde el 2010 he acertado 6 de 7 finales, fallando solo la del 2011 donde escogí para ganar a Miami. Las demás se me han cumplido en el papel. La dicha de los Cavaliers es que saben ajustar ante el small ball y las situaciones de cortinas que presentan los Warriors. Esa virtud que solo ellos poseen ante el gran favorito. Como en aquella gran final del 2004, donde Los Lakers eran los amplios favoritos pero en frente tenían a un Detroit que les complicaba cada situación. Pues así es esta serie, una de un obvio favorito contra otro que sabe jugarle y logra complicarles.

Entiendo que Cleveland debe prevalecer en esta tercera parte. Los Cavs saben ajustar en cortinas al balón y sin el balón, porque tienen a un dirigente que calladamente los ha potenciado y porque en momentos definitorios también Cleveland sabe anotar tiros extremadamente grandes. En contra del favorito me quedo con Cleveland en la cantidad de juegos que sean necesarios, porque sea en 7 o en 6, los veo ganando la serie.