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Vencer a Boston en el TD Garden ha sido un golpe de moral, un éxtasis de juego y una bocanada de aire limpio para Cleveland. Las últimas tres semanas de los Cavs han sido genuinamente espantosas, pero ayer todo fue alegría. Y hay que resaltarlo porque luego de intercambiar hasta seis jugadores en el mercado, algo tenía que ocurrir. Y qué más que sacar de la cancha a tu más peligroso rival y en directo por televisión nacional.

Porque el baloncesto como casi todos los deportes, es un estado de ánimo, y Cleveland demostró que estuvo motivado. Esfuerzo en los detalles, en los balones divididos, en defensa, en cerrar y asfixiar a Boston, más ir todos al rebote.

Cleveland anota porque son grandes tiradores pero esforzarse en defensa en la actual temporada casi nunca ocurría. Ayer domingo, fue otra versión de estos Cavs, muy mejorada por simplemente querer poner el cuerpo y querer rotar más rápido en el lado defensivo.