Nuevo año, mismos dramas en nuestro Baloncesto Superior Nacional. El tema recurrente, el de los incumplimiento en los pagos a los jugadores es la orden del día, y como reportaran varios medios de comunicación recientemente, hay sobre 25 querellas ante la liga. Pero el tema que más está dando que hablar en estos días es el torneo 2018: si se juega o no, y si se juega, cuál debe ser la fecha de comienzo del mismo.

Todos sabemos que la celebración del torneo 2018 del BSN estaba peligrando, desde antes del paso del huracán María por la isla. Las amenazas de la Junta de Control Fiscal a los municipios, en el sentido de que le quitarían unos fondos, redundaría en menos dinero en caja para los ayuntamientos. Eso tendría el efecto directo de recortar o suspender del todo las aportaciones que los alcaldes hacen a las distintas organizaciones deportivas del país. Y el modelo de las franquicias del BSN es depender en un 90% de asignaciones gubernamentales para correr sus operaciones. Y comoquiera muchos equipos deben dinero.

Así las cosas, el huracán fue el cataclismo que vino a destruir las pocas posibilidades de celebrar el torneo 2018. Las instalaciones deportivas, en su mayoría, sufrieron daños estructurales que requerirán inyección económica. Y todos hemos sido testigos de que las aseguradoras han manejado las reclamaciones arrastrando los pies. El alcalde de Isabela mencionó que la Buga Abreu requiere una inversión de $4 millones de dólares para ponerla en condiciones. En Quebradillas, hay que hacer unas reparaciones (que al día de hoy no han comenzado) lo que provocará que los campeones defensores, Piratas de Quebradillas, comiencen sus entrenamientos en Estados Unidos, y que provocó que no pudieran participar en el torneo de la Liga de las Américas.

Venimos diciendo desde octubre que el torneo no se debe celebrar en el 2018. La falta de instalaciones deportivas; muchos de nuestros conciudadanos aun no cuentan con energía eléctrica en sus casas; muchos de los fanáticos han perdido su empleo a causa del huracán, o han visto reducido su ingreso por la reducción en sus horas de trabajo; el éxodo masivo de boricuas al exterior, son algunos de los factores que hemos expuesto para fundamentar nuestra posición. Pero por alguna razón que no acabamos de comprender, la liga, por voz de su Presidente, insiste que el torneo se celebrará comenzando en abril. De hecho, comenzó diciendo que se jugaría con once equipos (añadiendo a Santurce).

En la más reciente reunión de la liga, celebrada la noche del miércoles 17 de enero, la alta gerencia de la liga se chocó contra la pared de la realidad, cuando las franquicias de Mayagüez, Isabela, Guayama y Santurce solicitaron recesar para el torneo 2018. Esas franquicias tienen hasta el 3 de febrero para confirmar el pedido de receso, o dejarlo sin efecto. De esos cuatro equipos, seguramente los Indios de Mayagüez retirarán la petición, ya que el Municipio y su alcalde siempre apoyan el deporte con cuantiosas aportaciones.

Como dato curioso, de los siete equipos que confirmaron su participación en el torneo 2018, uno de ellos no tiene apoderado en propiedad. Los Atléticos de San Germán fueron administrados la pasada temporada por la liga, y aunque se ha hablado de que hay un grupo interesado en adquirir la franquicia, la transacción no se ha llevado a cabo, por lo que nos cuestionamos quién habló a nombre de la franquicia y confirmó la participación del equipo, cuando no tienen apoderado aprobado.

Y por último, tenemos la situación de los incumplimientos. Cómo es posible que el apoderado que preside el Comité de Nuevos Apoderados sea uno de los que le debe dinero a sus jugadores? A algunos les debe de antes de la temporada 2017. O sea, el Comité de Nuevos Apoderados, entidad que se supone escudriñe las finanzas de los que quieren ser apoderados en el BSN para asegurarse de que tienen el capital para correr una franquicia y evitar que dejen enganchaos a los jugadores, es uno de los mala paga. Quién entiende eso? Pero, por eso el BSN es el BSN.

A la liga, le sugerimos sensatez. A todos nos gustaría que el torneo se celebre. Es más, si por mi fuera, que sean no once, sino 16 franquicias las que participen. Pero tenemos que ajustarnos a los tiempos. El fanático no tiene la capacidad para llegar a las canchas seguidamente, los apoderados no tienen la capacidad económica para aguantar el empuje de una temporada profesional, las canchas no están del todo listas. Suspendan el torneo, permitan que el país se recupere. O como poco, comiencen el torneo en octubre.

Después no vengan con la excusa de que el huracán nos dio duro. Eso ya todos lo sabemos.