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domingo, 23 de agosto del 2015
La Diabetes y el Deporte: Mitos y Realidades
La diabetes es una deficiencia metabólica coexistente con altos niveles de glucosa. Esto es debido a la insuficiencia del páncreas para crear insulina. Esta hormona es esencial para la regulación de glucosa en el sistema. Existen tres tipos de Diabetes: Tipo 1 o “dependiente de insulina”; por lo general diagnosticada en la niñez y adolescencia. La Diabetes Tipo 2 o “independiente de insulina” tiende a desarrollarse en la adultez, respondiendo a medicamentos que estimulen al páncreas la secreción de esta hormona. Por último, la diabetes gestacional; transitoria durante el embarazo, resolviendo generalmente después del alumbramiento. Estos pacientes pueden estar predispuestos a desarrollar Diabetes tipo 2. Parte integral en el manejo de esta condición incluyen regímenes de ejercicios, acompañados por dietas balanceadas. El éxito de este plan multidisciplinario depende del paciente; su disciplina, mantenimiento y consistencia.

Esta condición no debe ser impedimento en pacientes que deseen alcanzar un nivel de rendimiento físico de alta competitividad, a menos que coexistan complicaciones relacionadas como la retinopatía, daños al riñón o corazón entre otros. Existen retos que sobrellevar, requiriendo monitoreo constante por profesionales en la salud capacitados. La modificación de dietas ante la expectativa en un incremento de consumo calórico durante la actividad física es imperativo. No hay evidencia en la literatura médica que contradiga la participación deportiva de atletas de alto rendimiento con diabetes.




La mayor complicación que surge en estos pacientes es el riesgo de desarrollar hipoglicemia o disminuciones abruptas en los niveles de glucosa. Esto puede tener efectos devastadores y contribuyen a la morbilidad de esta condición. La mayor fuente de energía del cerebro es la glucosa. Su disminución aguda puede incapacitar el sistema nervioso central, promoviendo presentaciones como confusión, pérdida de conocimiento y convulsiones entre otros. Otra complicación menos frecuente es la ketoacidosis diabética en pacientes del tipo 1. Existen métodos enfocados en el suplido nutricional antes, durante y después de eventos de alto rendimiento físico y consumo calórico para disminuir estas posibilidades.

El atleta diabético debe consumir altos niveles de carbohidratos 4-6 horas antes del evento. Estas cantidades son cuantificadas por el profesional de la salud, calculadas en base al peso del atleta. Se recomienda reforzar este régimen con el consumo de pequeñas cantidades de carbohidratos 20 minutos antes del evento. Durante la actividad, se recomienda una ingesta de 20-40g de carbohidratos cada 20 minutos para mantener niveles glicémicos estables.

Se considera contraproducente mantener de forma ininterrumpida la actividad física por más de 60-90 minutos. Una vez culmine el ejercicio, es vital abastecer los niveles de glucógenos (fuentes inmediatas de energía), con dos porciones de comida que incluyan carbohidratos y proteínas durante las primeras 3 horas después de finalizar la actividad. Los niveles de glucosa deben ser cuantificados 15 y 30 minutos después de la sesión de ejercicio.

En resumen, los beneficios del ejercicio en personas diabéticas son similares a las personas sin esta condición, en la medida en que el paciente sea comedido en el control glucémico y no surjan complicaciones relacionadas a esta. Tales beneficios superan los problemas potenciales causados por el estrés metabólico de la actividad física siempre y cuando se sigan los principios previamente explicados.

William Félix, MD es especialista certificado en medicina de emergencia y deportiva. Actualmente labora en Florida Hospital Health Park Lake Nona FL, y como consultor médico para la NBA. Para mayor información, comuníquese al 407.930.7801 o acceda a http://www.healthparklakenona.com/




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