BASEBALL

viernes, 16 de diciembre del 2016
La Mordaza en los Deportes
La libertad de expresión es uno de los pilares de nuestra democracia. Es lo que nos permite decir lo que pensamos sin temor a represalias. Sin embargo, a pesar de que es un Derecho reconocido en nuestra Constitución y en nuestro sistema de gobierno, es uno que se viola diariamente. El deporte no es la excepción.

Esta cuenta se ha caracterizado por denunciar a los apoderados morosos que incumplen con los pagos a jugadores, denunciar los gastos alegres en el Comité Olímpico de Puerto Rico, el discrimen por género en las federaciones deportivas, entre otros temas.

Precisamente, por denunciar los incumplimientos en los pagos a los jugadores en el Baloncesto Superior Nacional, fuimos amenazados por parte de un apoderado, quien textualmente nos dijo que nos convenía dejar de hablar de su equipo. A raiz de esa "recomendación" sacamos una nota denunciando dicho proceder impropio.

El pasado miércoles se suscitó otra crasa violación a la libertad de expresión. El compañero Ralph Pagán Archeval, un experimentado periodista deportivo y excelente narrador, escribió en su cuenta PERSONAL de FaceBook una opinión. Vale la pena señalar que la opinión que escribió Ralph fue una que comparte el 99% de la afición deportiva del país.

Los Cangrejeros de Santurce en el béisbol profesional de Puerto Rico, previo al comienzo de la temporada 2016-2017 y aprovechando la ola de los boricuas en la Serie Mundial, anunciaron que los estelarísimos Francisco Lindor, Carlos Correa y Javier Báez formarían parte de su edición. Esa fue la oferta del equipo a la fanaticada, con miras a la venta de abonos y de atraer personas a las gradas que cada año más se han desligado del deporte.

Bastaba con mirar la historia reciente para reconocer que era más fácil que Sara Rosario abra los libros financieros del COPUR a que los "big leaguers" vistieran los colores de los Cangrejeros.

Producto de la opinión de Ralph en su muro de FaceBook, el dueño de los Cangrejeros, Miguel Sosa, impartió instrucciones a su personal de seguridad para que se le prohibiera la entrada del narrador a las instalaciones del Hiram Bithorn. Dicha orden fue ejecutada el miércoles previo al juego de los Criollos versus los Cangrejeros.

Nótese que a pesar de que Sosa es el dueño de los Cangrejeros, el parque que usa como local su equipo, es una facilidad municipal. Peor aún, gran parte de los fondos que usa el equipo para su operación es provisto por el Municipio de San Juan. En otras palabras, Sosa le está prohibiendo la entrada a un ciudadano en una facilidad pública, no en su residencia.

La Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico ha anunciado que estudiará la situación. ¿Estudiará la situación? No señor, este proceder de este apoderado es imperdonable. Permitir actuaciones como esas no solo va en contra de la sensatez, es contraria a los principios fundamentales de los seres humanos.

Desconocemos cómo resolverá la liga esta situación, pero deben ser contundentes contra el apoderado Sosa. Esa liga, que tiene un serio problema de imagen y credibilidad (véase Israel Roldán y los Tiburones de Aguadilla) necesita resolver este asunto para recobrar algo de esa credibilidad perdida.

Después se preguntan por qué el fanático se ha alejado de los parques. La respuesta descansa en el proceder de los apoderados y la poca o ninguna acción de la Liga.




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