BASKETBALL BSN

domingo, 14 de febrero del 2016
Incumplimientos de los apoderados y la complicidad del BSN
El Baloncesto Superior Nacional, a pesar de ser la liga que más seguidres tiene en el país, ha perdido lustre en pasados años. Quizá por la falta de jugadores con los que los fanáticos se puedan identificar, o porque la NBA es demasiado popular, o por la manera en que administran la liga.

Al igual que en otras ligas profesionales, los apoderados son los que seleccionan al presidente de la liga. Pero en ninguna otra liga, el presidente es un monigote de los apoderados como en el BSN. Una liga donde los reglamentos son meramente un documento no tiene seriedad, y eso se traduce a que la fanaticada no cree en la liga.

Tomemos como ejemplo el caso de Angel Rosa Clemente. Este jugador es lo que le llaman un "journeyman". Rosa lleva 13 años en el BSN, pasando por equipos como Ponce, Arecibo, Mayaguez y San Germán. El delantero de 6' 8" natural de Carolina nunca ha sido estrella en sus equipos, siendo siempre un jugador defensivo, pero siempre es interesado por algún equipo porque los jugadores altos nativos escasean en la isla.

Previo a la temporada 2015, Felo Rivera comenzaba la aventura del traslado de la franquicia de Quebradillas a Manatí y estaba necesitado de un centro nativo para darle minutos de descanso a sus refuerzos. Ahí le surge la oportunidad a Rosa Clemente, quien fue firmado por Manatí por 1 año garantizado. Al cabo de una semana de entrenamiento con el equipo, en un drill, Rosa Clemente cayó sobre el pie de otro jugador, y se tuvo que someter a un MRI, que reveló ACL roto com menisco. El jugador se siguió reportando a los entrenamientos del equipo, hasta que recibió un e-mail perturbador.

Felo Rivera le escribió por e-mail (no se lo dijo de frente) que había quedado fuera del equipo por no estar en condición física. O sea, Rivera estaba achacando la lesión a falta de condición, cuando la misma se produjo entrenando, en una jugada común entre los jugadores de la pintura. Fue una desagradable sorpresa para Rosa, quien entendía que el contrato era garantizado. Ahí comenzó el calvario de Rosa Clemente.

El jugador tuvo que costear su rehabilitación, y a la vez comenzó un proceso de reclamación contra Manatí ante la liga. El actual presidente, quien era el director de torneo, prometió atender el asunto. Se citó en múltiples ocasiones a Felo, quien siempre tenía una excusa para suspender sus comparecencias, sin consecuencia alguna. Recientemente la liga, a través de Fernando Quiñones, resolvió que Manatí debe pagar algo del contrato del jugador, no la totalidad. Sin embargo, Manatí no ha pagado un centavo, y Felo Rivera sigue impune como si nada hubiere pasado. Rosa Clemente también ha tenido la desdicha de no ser representado por algun agente certificado por la FIBA, lo que le impide llevar su reclamación a ese organismo.

El presidente del BSN ha dicho, para las gradas, que ningún equipo que le adeude dinero a jugadores del pasado torneo podrá contratar refuerzos para esta edición. El caso Rosa Clemente es el mejor ejemplo de que eso es letra muerta. También se sabe de otras franquicias como Bayamón, Mayaguez y Humacao que arrastran deudas y tienen a sus refuerzos practicando.

Por eso a la liga no le puede extrañar que la fanaticada no llegue a las canchas. No confían en su administración, y francamente, tienen razón en pensar así.




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