BASKETBALL NBA
martes, 14 de marzo del 2017
Arte Gráfico: WallPaperMonkey
Hay grupos que solo necesitan un pequeño esquema definido para ser efectivos. Caso muy parecido a los Washington Wizards en esta temporada, que de ser un equipo aspirante a playoffs, ahora se han transformado en un quinteto con opciones reales de llegar a finales de conferencia. La llegada de Scott Brooks en sustitución de Randy Wittman les cambió el semblante. Le potenció las piezas que antes esos Wizards no podían explotar.
Hasta ahora han sido el mejor equipo del 2017. Récord de 24-9 desde que comenzó el nuevo año. De una temporada para acá
se convirtieron en lo que la NBA pide para ser competitivo, que es anotar el triple consistentemente y defender un poco mejor en momentos cruciales. Se han convertido en un peligro inminente de detrás del arco. Están quintos en puntos anotados con 109.1. Y para hacer más grande los números, Otto Porter y Bojan Bogdanovic están tirando un 46 % en triples y Bradley Beal un 41 %. Esos son números de equipo grande y contendor.
Teniendo a un maestro del desequilibrio como John Wall, tenían que comenzar a anotar esos tiros abiertos. Scott Brooks se dio de cuenta y le diseñó un plan a su medida. Ahora el equipo corre más, se ven más unidos y lo más importante con roles completamente definidos. Estos apellidos ; Beal, Porter, Oubre, Morris y Bogdanovic le han dado la dimensión de juego necesaria para acumular victorias. La reciente crecida de juego de Otto Porter le ha dado ese anotador en la posición de alero que tanto hace falta. Más la constante de Bradley Beal, la pintura dominada por Marcin Gortat y una banca que con la llegada de Bojan Bogdanovic creció enormemente. Porque si a John Wall, lo rodeas de talento, él tiene la capacidad para ser el mejor base de la NBA.
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El ex de Kentucky siempre ha tenido etiqueta de estrella, incluso antes de entrar a la NBA. La prensa estadounidense en un momento para sus días en NCAA, lo catalogó como el más grande talento universitario de los últimos tiempos. Si vamos más allá, su poder de cambiar el juego fue comparado con jugadores ya activos en la liga en ese momento como Lebron James, Kevin Durant y Dwight Howard. Ese era el techo de Wall. Ahora con tiempo y espacio es el líder de un equipo que lleva años tratando de encontrar una identidad que los haga subir un escalón adicional. Debemos decir que, ese crecimiento ha llegado, la identidad es genuina y el equipo de la capital de Estados Unidos está en ruta a luchar grandes cosas.
Otro equipo que se apunta para llegar y batallar las finales de conferencia del este. Una conferencia que necesitaba este tipo de equipos para seguir elevando su competitividad.
Hay grupos que solo necesitan un pequeño esquema definido para ser efectivos. Caso muy parecido a los Washington Wizards en esta temporada, que de ser un equipo aspirante a playoffs, ahora se han transformado en un quinteto con opciones reales de llegar a finales de conferencia. La llegada de Scott Brooks en sustitución de Randy Wittman les cambió el semblante. Le potenció las piezas que antes esos Wizards no podían explotar.
Hasta ahora han sido el mejor equipo del 2017. Récord de 24-9 desde que comenzó el nuevo año. De una temporada para acá
se convirtieron en lo que la NBA pide para ser competitivo, que es anotar el triple consistentemente y defender un poco mejor en momentos cruciales. Se han convertido en un peligro inminente de detrás del arco. Están quintos en puntos anotados con 109.1. Y para hacer más grande los números, Otto Porter y Bojan Bogdanovic están tirando un 46 % en triples y Bradley Beal un 41 %. Esos son números de equipo grande y contendor.
Teniendo a un maestro del desequilibrio como John Wall, tenían que comenzar a anotar esos tiros abiertos. Scott Brooks se dio de cuenta y le diseñó un plan a su medida. Ahora el equipo corre más, se ven más unidos y lo más importante con roles completamente definidos. Estos apellidos ; Beal, Porter, Oubre, Morris y Bogdanovic le han dado la dimensión de juego necesaria para acumular victorias. La reciente crecida de juego de Otto Porter le ha dado ese anotador en la posición de alero que tanto hace falta. Más la constante de Bradley Beal, la pintura dominada por Marcin Gortat y una banca que con la llegada de Bojan Bogdanovic creció enormemente. Porque si a John Wall, lo rodeas de talento, él tiene la capacidad para ser el mejor base de la NBA.
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El ex de Kentucky siempre ha tenido etiqueta de estrella, incluso antes de entrar a la NBA. La prensa estadounidense en un momento para sus días en NCAA, lo catalogó como el más grande talento universitario de los últimos tiempos. Si vamos más allá, su poder de cambiar el juego fue comparado con jugadores ya activos en la liga en ese momento como Lebron James, Kevin Durant y Dwight Howard. Ese era el techo de Wall. Ahora con tiempo y espacio es el líder de un equipo que lleva años tratando de encontrar una identidad que los haga subir un escalón adicional. Debemos decir que, ese crecimiento ha llegado, la identidad es genuina y el equipo de la capital de Estados Unidos está en ruta a luchar grandes cosas.
Otro equipo que se apunta para llegar y batallar las finales de conferencia del este. Una conferencia que necesitaba este tipo de equipos para seguir elevando su competitividad.