BASKETBALL FIBA
miércoles, 09 de septiembre del 2015
"Que no nos den por muerto. Ya hemos estado en igual posición anteriormente y hemos pasado la prueba. Mañana martes será un dia no apto para cardiacos. Así que invoque a la Divina Pastora y confiemos en los nuestros. Merecemos la oportunidad".
Este fue el último párrafo de mi pasado escrito publicado ayer. Hoy, con el corazón maltratado, pero con una alegría que desbordaría la represa de Carraizo, celebramos un triunfo como pocos. Posesión tras posesíón en los minutos finales del encuentro, la escuadra boricua brindó una lección a todos los que amamos este apasionante deporte. El juego está hecho para durar 40 minutos. Así que mientras existan las oportunidades, nunca se debe renunciar a la posibilidad de salir airoso. Y eso mismo hizo el equipo patrio. La victoria 78-71 de Puerto Rico ante la representación de Panamá eleva las oportunidades de colarse en la semifinal o en el repechaje. Y eso si son buenas noticias.
Como también son buenas las de saber que los 12 que nos representan tienen mucho de aquello... Ver a un Vasallo fallar tiro tras tiro, lanzó de 14-2 de campo, y no quitarse para hacer dos extraordinarias jugadas defensivas, cruciales en el momento en que se produjeron, le merece una ovación de pie.
Otro que merece nuestro respeto es Ramón Clemente. Dar ventaja en libras y estatura en este tipo de deporte es casi un suicidio. Aceptó la encomienda como pocos marcando 13 puntos y recuperando 7 rebotes, y nunca se quitó. Nos salvó en muchas jugadas con remates celestiales. Su orgullo por la camiseta recompensa lo que da de ventaja a su rival de turno.
Entonces llegamos al hombre clave del juego, Richard Chaney. Su entrada a juego estabilizó el rompecabezas que durante todo el encuentro el míster Rick Pitino intentó armar. Demostró una vez más que su grandeza estriba en ser un jugador de equipo. Uno que en mi equipo estaria sembrado hasta que decidiera retirarse. Hace muchas cosas. Las que van al libro, 12 puntos y 2 rebotes, y las que los entrenadores valoran que al fin y al cabo son los que reparten los minutos de juego.
En fin, volveremos a dormir hoy con una sonrisa de satisfacción en nuestro rostro. Nuestros guerreros defienden a capa y espada nuestra honra. Sigamos apoyando a los nuestros. Ahora más que nunca. En un país que adora a sus artistas y deportistas, y delira por las cosas que nos unen, se le debe dar el respeto que se merece a estos jovenes que hoy representan a una nación neceistada de muchas más alegrias.
Este fue el último párrafo de mi pasado escrito publicado ayer. Hoy, con el corazón maltratado, pero con una alegría que desbordaría la represa de Carraizo, celebramos un triunfo como pocos. Posesión tras posesíón en los minutos finales del encuentro, la escuadra boricua brindó una lección a todos los que amamos este apasionante deporte. El juego está hecho para durar 40 minutos. Así que mientras existan las oportunidades, nunca se debe renunciar a la posibilidad de salir airoso. Y eso mismo hizo el equipo patrio. La victoria 78-71 de Puerto Rico ante la representación de Panamá eleva las oportunidades de colarse en la semifinal o en el repechaje. Y eso si son buenas noticias.
Como también son buenas las de saber que los 12 que nos representan tienen mucho de aquello... Ver a un Vasallo fallar tiro tras tiro, lanzó de 14-2 de campo, y no quitarse para hacer dos extraordinarias jugadas defensivas, cruciales en el momento en que se produjeron, le merece una ovación de pie.
Otro que merece nuestro respeto es Ramón Clemente. Dar ventaja en libras y estatura en este tipo de deporte es casi un suicidio. Aceptó la encomienda como pocos marcando 13 puntos y recuperando 7 rebotes, y nunca se quitó. Nos salvó en muchas jugadas con remates celestiales. Su orgullo por la camiseta recompensa lo que da de ventaja a su rival de turno.
Entonces llegamos al hombre clave del juego, Richard Chaney. Su entrada a juego estabilizó el rompecabezas que durante todo el encuentro el míster Rick Pitino intentó armar. Demostró una vez más que su grandeza estriba en ser un jugador de equipo. Uno que en mi equipo estaria sembrado hasta que decidiera retirarse. Hace muchas cosas. Las que van al libro, 12 puntos y 2 rebotes, y las que los entrenadores valoran que al fin y al cabo son los que reparten los minutos de juego.
En fin, volveremos a dormir hoy con una sonrisa de satisfacción en nuestro rostro. Nuestros guerreros defienden a capa y espada nuestra honra. Sigamos apoyando a los nuestros. Ahora más que nunca. En un país que adora a sus artistas y deportistas, y delira por las cosas que nos unen, se le debe dar el respeto que se merece a estos jovenes que hoy representan a una nación neceistada de muchas más alegrias.