ARTE GRÁFICO (BasketballWallpapers)

Los Boston Celtics en todas las décadas y generaciones se han encargado de suplirle al mundo del baloncesto estrellas de todo tipo. Aunque, para los años 90', la finca tuvo un retroceso abismal. Ahí es cuando Boston ya no era tan poderoso (lógico, venían de haber salido de la Era ) para luego seleccionar en el Draft de 1998 a un muchacho llamado: Paul Pierce. Un jugador que sin casi nadie darse de cuenta se convirtió por muchísimos años en la cara de la franquicia más exitósa de la NBA.

Sí, Paul fue la cara por más de una década de Boston. Su líder baloncelístico y espiritual. Un grandísimo jugador, que aunque el éxito colectivo le llegó tarde pero aún así le llegó. Logró devolver a Boston a lugares de playoffs para el año 2002 y así continuó su carrera, hasta que le llegó la ayuda necesaria en el 2008 y se hizo campeón de la NBA ese mismo año. Fue el MVP de esa gran serie final de 2008 contra su eterno rival Los Angeles Lakers. El éxito de ese equipo campeón del 2008 siguió intacto, porque alcanzaron un sub-campeonato en el 2009 y así siguieron batallando cada serie de playoffs hasta el 2013.

Una estrella verde y blanca que nunca renunció para tratar de hacer a Boston grande nuevamente. Le pasaron muchos compañeros por su lado, pero Pierce siempre se mantuvo como líder de la escuadra. Un escolta-alero con ofensiva para deleitar a quien le observara y dominar a quien le defendiera. Era una carta súper segura en momentos definitorios del juego, era compulsorio que tuviese siempre el balón en las manos, porque siempre fue un clásico cerrador de partidos. Su mejor momento como líder fue en ese título del 2008, cuando encarriló esa final ante los Lakers.

Anotó 26,397 puntos en su carrera, se convirtió en un Celtic inmortal, jugó 10 veces el juego de estrellas vestido de verde y blanco, más hizo que Boston estuviese en el mapa del baloncesto nuevamente. Son detalles que le hacen ser una leyenda para Boston.