Momento de la final, de predecir y de observar a los dos mejores equipos de América. Chile y Argentina llegan aquí merecidamente, ambos han desplegado su buen fútbol, más han hecho con su juego un gran espectáculo. Unos rivales que se conocen, que ha pasado un año y el destino del deporte ha logrado que se vuelvan a encontrar. La revancha de la roja contra la albiceleste acá te la analizamos.

Querida Chile, qué bien juegas al fútbol. Lo que creó Jorge Sampaoli está intacto. Ese despliegue táctico defensivo y de apretar a sus rivales en el mediocampo anda muy bien. Lo lindo de Chile es que no solo son buenos en el medio, también sus goleadores saben definir las jugadas. Es un grupo unido que lleva muchos años jugando a lo mismo y por eso están en otra final. Esta generación comandada por Arturo Vidal nunca será olvidad por su afición. Pero entrando al partido de hoy, cómo puede Chile vencer a la mejor edición de Argentina de los últimos años. Bueno, en Chile no se le puede pedir otra cosa en esta final, ellos serán intensos y jugarán a lo que siempre juegan que es a presionar. Trabar la salida de Argentina es su opción real de ganar el partido. Por cuánto tiempo puede Chile acorralar a los gauchos es una gran pregunta. Esa es la posibilidad de llevar el partido a instancias que ellos conocen, porque del otro lado tendrán a tres grandes volantes como Mascherano, Banega y Biglia buscando darle oxígeno y espacio al juego argentino. La batalla para Chile es complicada porque tiene en frente excelentes tocadores de balón, que no se intimidan por la presión. No hay de otra, para que la Roja alze la Copa tiene que quitarle el balón a la albiceleste, no dejarlos crear, porque si deja a Messi y compañía, les bailan un tango en medio del juego. Presión en el medio, recuperar muchísimos balones y de esos balones recuperados alimentar a Alexis Sánchez y a Juan Vargas es la manera que Chile gana la Copa. La clave será la recuperación del balón.

El lado albiceleste sabe lo que significa esta final. La redención es el lema de Argentina. Ya son 23 años sin nada y hoy es todo o nada. Lo pierdo todo o lo gano todo. La generación de Lionel Messi quiere una copa, no importa que, es ganarla como sea. De frente tienen a un gran rival, posiblemente el más complicado de todo pero Argentina tiene piezas suficientes para lograr el éxito. En el campo hay que emplear la mejor táctica. El juego de Argentina lo decidirán tres nombres atrás y uno al frente. Entre Mascherano, Banega y Biglia serán los encargados de cuidar el balón y hacer que Messi reciba con tranquilidad. Esos tres son fundamentales en este momento. Si ellos están finos, Argentina debe tener un gran chance de coronarse. Una vez Lionel entre en contacto libre con la pelota, lo demás es historia. En el nivel que llega Messi es inmenso, de sus pies puede salir el pase de gol al Pipita o el pase de gol al Kun. O fácilmente, el propio Messi genera el gol. Pero Argentina es inerte si sus volantes no andan bien. La clave son los tres del medio, ganar el duelo de la poseción, no regalar pases divididos y alimentar sus virtudes con su 10 que es Messi. Ahora sí, esta generación dirá si Argentina tiene porte de campeón.

Me inclino a pensar que por necesidad Argentina llega más motivado que Chile. Esta selección lleva caminando por un desierto hace 23 años y hoy de ganar, la fuente se les abrirá. La experiencia de estos Cracks de Argentina debe imponerse, el duelo táctico no puede caer y ellos están mentalizados para eso. Hago el cálculo y veo a la Argentina alzando la Copa Centenario.