Para muchos de nuestros niños y jóvenes es un orgullo representar su país, mientras que para nuestros adultos es algo común y corriente. “Es un orgullo representar a Puerto Rico, el sueño de cualquier joven que alguna vez se pone unas tenis de baloncesto es llevar el nombre de su patria en el pecho”, indicó Edwin Javier Rivera, centro titular de la Selección Nacional U17.

Ya pasado los meses aún nos quedamos con el sabor amargo de lo que podría ser la Selección Nacional con el centro Peter John Ramos, el delantero fuerte Ricky Sánchez y más aun con las salidas inesperadas de Devon Collier y Moe Harkless debido a lesiones. En la derrota ante Argentina, 91-86, más allá del marcador, los argentinos lograron dominarnos ampliamente en los rebotes 45-31. ¿Pero, por qué la sorpresa? Era de esperarse, “somos un equipo con falta de estatura”.

Luego de una derrota un poco dolorosa, ayer logramos salir victoriosos, 91-61, ante Cuba con un amplio dominio ofensivo. Pero igual, nos dominaron los rebotes 44-38 en donde la isla hermana logró 17 capturas ofensivas. Al parecer a los boricuas se les hace un poco complicado hacer la gestión llamada, ‘box out’.

Pero a lo que voy, juego tras juego desde los de exhibición, nos lamentamos o criticamos a los jugadores que decidieron decir NO al conjunto patrio ya sea por descansar, por situaciones con la Federación, entre otros casos. Pero, mientras ellos dicen no, nuestros jóvenes están ansiosos de llegar a tener su oportunidad en el equipo grande, porque para ellos es un orgullo está en escenario. Pero lo ideal sería pasar la página, no seguir pensando en lo que podría suceder si ellos estuviesen.

Observemos a un Jorge Brian Díaz (capturó siete rebotes en la primera mitad ante Cuba), el futuro de nuestra selección, lucir, coger su experiencia y aprender de un Luis Scola. Para cualquier jugador debe ser un placer poder compartir cancha con el argentino. Un Luis Villafañe, que no es el hombre más talentoso pero es el que se encarga de todo el trabajo sucio. Mientras otros se enfocan en anotar, él realiza lo que nadie le gusta hacer.

Qué tal si en vez de pensar en lo que podría pasar si estuviesen los que no están, mejor nos dedicamos a mirar el trabajo que hacen los que están allá jugando contra todo pronóstico.