BASKETBALL BSN

lunes, 21 de noviembre del 2016
El negocio del BSN
Puerto Rico atraviesa una profunda crisis fiscal, que afecta todos los ámbitos del diario vivir. Hemos visto en los pasados años negocios que eran exitosos cerrar, familias completas mudarse fuera del país, gente quedarse sin trabajo, y los efectos en cadena que eso provoca.

Y aún con esos truenos, el Baloncesto Superior Nacional sigue vigente como una liga que da la impresión que la crisis económica no ha tocado sus puertas. Claro, eso es a nivel de la liga, porque las franquicias están, con excepción de una, en rojo.

El problema principal de la operación de las franquicias del BSN ha sido que dependen casi exclusivamente de asignaciones gubernamentales. El ingreso que reciben por concepto de comercios y firmas comerciales es casi inexistente, o por lo menos, su impacto es muy poco en la operación de la franquicia.

Ese desbalance entre aportaciones gubernamentales y auspicios comerciales es más marcado en tiempos recientes por razón de la crisis económica. Las firmas comerciales tienen ahora menos presupuesto para invertir, y el poco que tienen lo invierten estratégicamente en eventos masivos, como las fiestas de la Calle San Sebastián o las Justas de Atletismo de la LAI.

Y si a eso le sumamos el hecho de que con la llegada de la Junta de Control Fiscal hay una incertidumbre en las alcaldías, no es de sorprender que franquicias como San Germán estén considerando seriamente recesar, porque saben que sin la ayuda del municipio simplemente no pueden participar.

Es por ello que se nos hace incomprensible entender cómo hay apoderados dispuestos a correr una franquicia en el Baloncesto Superior Nacional. El BSN es un mal negocio, no importa de la manera que lo analices. Un negocio en el que el apoyo del público es muy poco, donde se depende casi exclusivamente de aportaciones gubernamentales, y en el que los jugadores cobran unas cantidades exorbitantes de dinero.

Tenemos que llegar a una de las siguientes conclusiones: o hay apoderados que tienen chavos para botar, o usan las franquicias para lavar dinero.

El único que sabemos que es uno que no le importa perder dinero, porque le gusta el deporte, es el apoderado de los Capitanes de Arecibo, Luis Monrozeau.

Recientemente llegó a nosotros una información de un propuesto apoderado, que fue acusado hace unos años en el Tribunal Federal de fraude y lavado de dinero. Y a pesar de que llegó a un acuerdo con el gobierno federal, hizo alegación de culpabilidad por el delito de Perjurio, por haberle mentido al Gran Jurado.

Hay que poner en perspectiva la información para poder entender la seriedad del asunto. Ese propuesto apoderado fue acusado de lavado de dinero, a nivel federal. Luego se declara culpable por perjurio, por mentirle al Gran Jurado. AL GRAN JURADO! Y no me malinterpreten, yo soy fiel creyente en la rehabilitación y en las segundas oportunidades. Pero...

Imaginen el tipo de persona que pretende entrar al Baloncesto Superior Nacional, a administrar una franquicia de mercado pequeño, donde el apoyo del comercio local es casi inexistente, donde los fanáticos boicotean el equipo si pierden dos juegos corridos, y que ha aglutinado una serie de contratos carísimos.

La pregunta a hacerse es: de dónde sale tanto dinero para la operación de esa franquicia? Está ese apoderado dispuesto a invertir aproximadamente $600 mil o más en la operación de una franquicia que dejará como poco $300 mil en pérdidas? De cuándo acá se hacen negocios para perder?

Tal vez la pregunta a hacerse debería ser: de dónde proviene el dinero para operar esa franquicia? Cuál es el interés en operar esa franquicia? No hay duda que el propuesto apoderado es un comerciante que ha tenido diversos negocios, incluso, con contratos con algunas administraciones gubernamentales, pero, para botar dinero?

A mi por lo menos no me hace ningún sentido que un comerciante de la zona metropolitana tenga el deseo de ser apoderado de una franquicia de mercado pequeño, y encima de eso invertir dinero como si tuviera una máquina de imprimir billetes. No sé, algo no cuadra en la ecuación.

Es justo que las preguntas serias las tengamos que hacer nosotros? No se supone que estas interrogantes las haga el Comité de Nuevos Apoderados? Vamos a ver qué tipo de liga es la que tenemos cuando el propuesto apoderado sea presentado. Estaremos pendientes.




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