El tema de nunca acabar en el Baloncesto Superior Nacional tuvo otro episodio esta semana cuando salió a relucir que ante la Liga hay 4 querellas formales de jugadores por cobro de dinero contra los Vaqueros de Bayamón y los Brujos de Guayama. Esos son los que han radicado. Se conoce que también San Germán, Santurce, Mayagüez y Manatí le deben a sus canasteros.

El incumplimiento por parte de los apoderados no es sólo ilegal, es también inmoral. Los jugadores cumplieron su parte del contrato. Qué razón o justificación, válida en Derecho o en sentido común, pueden tener los apoderados para seguir sin pagarle a los jugadores.

En los tribunales (el Presidente del BSN sabe muy bien esto) cuando se demustra una deuda, y el deudor no puede probar el pago, se puede, como remedio para cobrar, embargar bienes, que puden ser propiedades, salarios bienes materiales, entrenptras cosas. En este caso, la liga hace, o se supone que haga, la función del Tribunal.

Le corresponde al organismo liguero celebrar las vistas de rigor, escuchar a las partes, y de determinar que en efecto existen las deudas, tomar las determinaciones que el reglamento provea. Pero por alguna extraña razón, la liga no toma acción. Tenemos constancia de un jugador que presentó su querella a la liga hace dos meses y aún no recibe respuesta ni citación a vista.

La liga ya prepara el torneo 2017, aprueba cambios de jugadores de equipos que han solicitado receso (Santurce) y confecciona un itinerario. Se le olvida a la liga que los actores principales tienen que ser tratados con dignidad, o como poco, con equidad y justicia.

Cada día que pasa sin que se tomen acciones contundentes contra los apoderados morosos, la Liga se vuelve más cómplice. Podemos señalar todos los días a los apoderados, pero tenemos que exigir cuentas también a la Liga. Evidentemente pasan por debajo del radar, cuando ellos son los que tienen que hacer valer el reglamento.

Así que cuando vean apoderados en las redes poniendo fotos con sonrisas de oreja a oreja y mencionando lo felices que se sienten, recuerden que todavía hay jugadores que no han cobrado por el trabajo que ya realizaron. Para nosotros puede ser un juego, pero para ellos es su manera de ganarse la vida.