OLIMPISMO RíO 2016

martes, 16 de agosto del 2016
Oro que sabe a...ORO
Por la razón que sea, Puerto Rico no ha sido potencia en Olimpiadas. Hay miles de teorías, ninguna de ellas comprobadas, por las que nuestra isla, olimpiada tras olimpiada, queda rezagada en el medallero. Recientemente hemos tenido oportunidad de subir al podio en eventos como atletismo y lucha olímpica.

Y nuestra mentalidad colonizada por 500 años nos hace decir frases clichés como: 'lo importante es participar", "mucho hicieron que llegaron", y la más conformista de todas "bronce o plata que sabe a oro". Que yo sepa, todos juegan para ganar, porque a ese nivel, a menos que vayan por el viaje, mejor no participan. El orgullo deportivo de un atleta es su estímulo.

Por eso cuando el sábado Mónica Puig subió al podio al escalón más alto de los tres, no sólo hizo historia al ganar la primera medalla de oro en la historia olímpica de Puerto Rico, sino que rompió una barrera que hasta ese momento parecía difícil de superar, y que en todo caso pensábamos que sería ganada por un boxeador o por Javier Culson. Ese triunfo de Mónica ha sido más que una mera medalla. Probablemente Mónica no haya entendido todavía la importancia de su triunfo.

Claro, para su carrera como tenista es un empuje enorme. Ahora le van a llover los auspicios, las entrevistas, las invitaciones a ser portavoz de campañas benéficas, su nombre se lo pondrán a canchas de tennis, a escuelas, a calles, y mil cosas más. Pero su mayor efecto ha sido en la alegría colectiva de un pueblo agobiado por la crisis económica, por la corrupción gubernamental, por la falta de trabajo, y por el éxodo de puertorriqueños. Asombrosamente, en un país que tiene una altísima tasa de violencia, específicamente en los asesinatos diarios, el sábado no se reportó ninguno. La gente celebraba en las calles, sin importar a qué partido pertenecían, por quién votarían en las elecciones, etcétera.

Claro, con la victoria de Mónica vienen otras secuelas. Los demás atletas del país tienen ahora una presión adicional. Ahora el oro no es tan inalcanzable. Quién en su sano juicio, antes de empezar el tennis olímpico, podía haber predicho que la raqueta #34 en el mundo iba a ganar la medalla de oro, cuando estaban participando la #1, la #2, la #4 y otras con más experiencia que ella? De hecho, Mónica no hubiese podido representar a Estados Unidos si hubiese querido, ya que las 4 representantes americanas estaban por encima de ella en el ranking.

Por ende, Culson, Eric Alejandro, Luis Joel Castro, Andrés Arroyo, Jasmine Quinn, Jaime Espinal, Franklyn Gómez, y el resto de los que quedan activos tienen en su horizonte esa medalla de oro, porque Mónica les ha demostrado que sí se puede. Ese oro ya no es una mera campaña publicitaria ni una frase para vender periódicos.

Así que, olvídense ya de la trillada frase esa, porque el bronce sabe a bronce, la plata sabe a plata, y el Oro es Oro!




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