En el día de hoy se dio a conocer el nuevo convenio colectivo entre el Baloncesto Superior Nacional y la Asociación de Jugadores. En el mismo se destacan la eliminación del refuerzo comunitario, la garantía de salarios y el tope salarial.

De primera instancia luce positivo para el deporte número uno en Puerto Rico, porque supone que habrá torneo en el 2017 con al menos unas "garantías" para los jugadores. Veamos en detalle las medidas acordadas.

Es harto conocido por el país los problemas de incumplimiento por parte de los apoderados para con sus jugadores. Ya era un relajo el no pagar, sabiendo que serían pocas o ninguna las consecuencias por la falta de pago.

Se estableció un fondo en el que la liga aportará $50 mil y cada equipo $10 mil al inicio de cada torneo. De haber un incumplimiento durante la temporada, se activará el fondo para pagarle al jugador, y la Asociación podrá hacer el reclamo a la liga. Supuestamente, habrán consecuencias para los apoderados morosos, pero no se han especificado.

Con relación a esto último, se habló de la creación de un reglamento procesal expedito para el manejo de querellas. De nuevo, tampoco se dio detalles del mismo. El problema no es que no lo hubiera antes, actualmente hay procedimientos establecidos para reclamar pagos atrasados, es que la Liga no ha tenido tradicionalmente la voluntad para penalizar a los apoderados. Qué garantías tienen ahora los jugadores de que se van a penalizar a los morosos?

Otro asunto a considerar, si múltiples apoderados incumplen con muchos jugadores, el fondo tendrá la capacidad para cumplir con todos los sueldos? Otra pregunta: Si hay que usar dinero de ese fondo en el primer trimestre del torneo, ese fondo tiene que ser reembolsado? Sí, porque si se agotan los fondos a mitad de torneo, y a finales del mismo, cuando históricamente los apoderados alegan estar pelaos, habrá para cubrir los sueldos de los jugadores?

Con relación al refuerzo comunitario, en nuestra opinión eso fue un invento que nunca tuvo impacto en la liga, salvo para los Leones y Capitanes que lograron traer refuerzos de impacto en esa plaza. Eso abre un espacio para jugadores nativos que se puedan ganar una posición.

La medida que pudo haber sido la ficha del tranque era la del tope salarial. Agraciadamente los jugadores entraron en razón y cedieron en esa exigencia. Los tiempos que vivimos no son propicios para exigir salarios de $120 mil por tres meses, cuando esos mismos canasteros que están en el tope juegan por muchísimo menos en ligas como Mexico. De igual forma el tope le permite a las franquicias a confeccionar un presupuesto más cercano a sus circunstancias económicas. Claro, el tope es malo para Arecibo, que aparenta tener recursos económicos ilimitados, lo que los obligará a ser más creativos a la hora de contratar jugadores.

Medidas de menos relevancia, pero de igual importancia fueron acordadas, como el establecimiento de un máximo de tres partidos por semana para los equipos. Eso no significa que se eliminan los back to back, pero al menos les garantiza más descanso a los jugadores y más tiempo de práctica al cuerpo técnico. De igual forma beneficia al fanático, que no tendrá juegos tan seguidos en su cancha y por ende podrá recuperar.

El retorno del Juego de Estrellas es una buena medida para el fanático. Lamentablemente es un juego que no cuenta con mucha participación de la fanaticada. Está por verse si la liga tiene la capacidad de mercadear a los jugadores para crear el interés en ese juego.

El acuerdo alcanzado, en principio, parece ser beneficioso para ambas partes. Sólo el tiempo dirá si hay la voluntad para implementarlo. Lo sabremos cuando rebote el primer cheque.